martes, 8 de septiembre de 2015

QUÉ REPORTÓ BONILLA LARA SOBRE NUESTRA HOSPITALIDAD

Álvaro Bonilla Lara – gran cronista de las “interamericanas” pioneras y una de las mayores expresiones del alma latina – no estuvo inmune, en sus “serios” escritos, a desbordarse también en comentarios sobre la hospitalidad y la cordialidad de nuestras gentes – característica inconfundible de nuestra forma de ser por toda Latinoamérica.

Álvaro Bonilla Lara

Con ocasión de la EXFILBO’ 69, él destacó, entre otras cosas, las ricas comidas y la amabilidad de los colombianos: “Los ‘cafeteros de Colombia’, como siempre, estuvieron presentes, obsequiando sin límite ni medida cuantas tazas de café pidieran los visitantes (…). La comida de clausura se desarrolló en un ambiente realmente de excepción: el salón rojo del Hotel Tequendama, el más grande y más moderno de Bogotá, con una concurrencia muy numerosa y lucida (…) y cada uno regresó a su hogar cargado de recuerdos y de afectos que la distancia hará crecer, por lo profundos y sinceros que son.”
 

Alrededores del Hotel Tequendama, local de la EXFILBO’ 69

El año siguiente, en la EXFILCA’ 70, dijo, sobre el cariño de los venezolanos, que “los festejos fueron muy, muy numerosos; más de aquellos a que podía concurrir este cronista (…). Pero, aparte de numerosas invitaciones particulares, no puedo dejar de mencionar (…) la comida del ‘Día de la Amistad Filatélica’, fecha en la cual diversos venezolanos invitaron a su hogar a visitantes no venezolanos (…). Transcurridos los diez días de la exposición, tuvimos que abandonar Caracas tan a regañadientes como lo hacemos siempre; dejando nuevas amistades que confiamos se afiancen y consoliden en el futuro; despidiéndonos de viejos amigos cuya separación es siempre una pena; agregando un mundo de nuevas y gratas impresiones a nuestra experiencia filatélica, hoy el centro de nuestra vida”.

Cena de Clausura, EXFILCA’ 70

Y siguió el cronista expresando sus sentimientos al comentar el trato de los peruanos en la EXFILIMA’ 71: “Los festejos durante EXFILIMA fueron muchos y muy gratos (…). El sábado 13, finalmente, un paseo campestre, con almuerzo a la criolla, tuvo lugar en una quinta del matrimonio Casanova, transcurriendo una tarde realmente feliz y deliciosa (…). Y poco a poco nos fuimos despidiendo de Lima (…), pero con la nostalgia de dejar esa encantadora ciudad, donde el número de nuestras relaciones y nuestros afectos ha crecido en proporción maravillosa”.

Grupo en la casa de la familia Casanova, EXFILIMA’ 71 (Foto: Manuel Mariño)

Sobre Río de Janeiro y los brasileños, en la EXFILBRA’ 72, Bonilla Lara tampoco midió palabras: “Largo resulta, como siempre, enumerar las atenciones recibidas, todas muy gratas y ofrecidas con el habitual señorío de nuestros huéspedes; pero no podremos dejar de mencionar una visita a la Casa de la Moneda (…), el viaje a Teresópolis y Petrópolis (…); y finalmente la comida ofrecida a un grupo de visitantes (…). Por eso, de EXFILBRA no quedará en la mente de quiénes la visitaron, más que el recuerdo de un lindísimo conjunto de colecciones y el resplandor de la hospitalidad de los hijos e hijas de Brasil”.
 
En la EXFILBRA’ 72, conocieron locales de la “Ciudad Maravillosa”...

 
.. y visitaron Petrópolis y Teresópolis
(aquí representadas en imágenes del Palacio Imperial y del “Dedo de Dios”)

Al año siguiente, no hubo una “interamericana” propiamente dicha, sino la EXFIGUA’ 73, apoyada por la FIAF, y a Bonilla Lara le gustó tanto Guayaquil que él decidió ampliar su estancia un poco más: “A mí, personalmente, me significó quedarme dos días más en Guayaquil, pues (…) yo, obligado por mis deberes del Jurado y de la Asamblea de la FIAF, solo había hecho el trayecto del hotel a la exposición. A las comidas y festejos, me llevaban y traían en auto, ya de noche, sin que yo pudiera apreciar el agrado del sitio. Además, ¡me costaba tanto dejar esa encantadora ciudad!”

Aspectos de la Cena de Clausura, EXFIGUA’ 73
(Bonilla Lara aparece sentado a la izquierda y al centro, siendo felicitado)

Bueno, son palabras de uno de los más admirados entre todos nuestros presidentes del pasado; un hombre culto, viajado, respetadísimo, pero de una sensibilidad humana fuera del común. Así que una síntesis de toda su percepción sobre nuestras “interamericanas” y sus “beneficios paralelos” bien pudiera ser ésta frase suya: “Como hemos señalado reiteradamente en estas columnas, las Exposiciones de la FIAF se han convertido en ‘rendez-vous’ obligado de filatelistas de todos los rincones del continente, más o menos numerosos según las distancias y los contactos personales”.