lunes, 14 de diciembre de 2015

CUANDO AL JURADO SE LO CONOCÍA CON MUCHA ANTELACIÓN

A finales de los años 60, la Federación Internacional de Filatelia – FIP tenía como Presidente al renombrado filatelista francés Lucien Berthelot (1903-1985), quien pasaría a la historia como uno de los principales responsables de la reestructuración de la FIP en los difíciles años del post-guerra.

Lucien Berthelot, en sello de Francia

En realidad, Berthelot sirvió a la FIP como Vicepresidente (entre 1947-1955) y luego como Presidente (1955-1972), habiendo organizado exposiciones filatélicas en distintas partes del mundo y ajustado las normas y reglamentos de esta entidad “de forma a reflejar los cambios en los estilos y categorías de la filatelia”, según lo descrito en su breve biografía publicada en el apartado que le corresponde en el “APS Hall of Fame” (1986).

Pues cuando investigábamos sobre la Exposición Filatélica Internacional EFIMEX’ 68 (en la cual Lucien Berthelot fue Presidente del Jurado), uno de los interesantes hallazgos fue una versión – publicada en español, francés e inglés – del Reglamento General para Exposiciones Realizadas bajo el Patrocinio de la Federación Internacional de Filatelia, que salió publicada en los “Prospectos” (hoy más conocidos como “Boletines”) de números 1 y 2 del mencionado evento.
 

 
Un lectura atenta de este Reglamento de la FIP (o sea, el “GREX” de entonces) nos llevó a descubrir que en aquella época, y conforme el Art. 21 (que trataba de la Composición del Jurado), se preveía que “la lista de los miembros del jurado será puesta en conocimiento de los exhibidores antes de la fecha señalada para la clausura de la recepción de las inscripciones definitivas para la exposición”.

Además, establecía el mencionado artículo que “las federaciones nacionales deberán disponer de un plazo de 30 días para presentar sus observaciones y conceder su aprobación a la selección de miembros del jurado propuestos por el Comité Organizador”.

O sea, el Jurado de cada exposición FIP, según el Reglamento de Exposiciones vigente, era de conocimiento público antes mismo que se cerrara el plazo para inscripciones. El texto del artículo indica también que la nómina de los jurados era elaborada por lo menos treinta días antes que se hiciera pública, para que las federaciones nacionales pudieran hacer sus consideraciones (lo que supone dar el debido aval previo a todos los jurados propuestos, sin que dejara de haber la posibilidad también para interponer eventuales objeciones u otras observaciones en el trascurso del proceso).

En el caso de la EFIMEX’ 68, una información que la encontramos en la revista Filatelia, de México (Nº 42, de marzo de 1968),  daba cuenta que, con por lo menos nueve meses de antelación, los trabajos para la designación de jurados ya se hallaban “bastante adelantados”.


La referencia que aquí se hace a esta circunstancia histórica asociada a la divulgación, con bastante antelación, del Jurado de exposiciones filatélicas, no pretende discutir su validez, ni tampoco la eficiencia u otros aspectos inherentes a este proceso que se empleaba, en otros tiempos, en el seno de la FIP y de las exposiciones por ésta patrocinadas o reconocidas. Pero algo da que pensar.